Quien no llora creativamente, no mama

Es verdaderamente sorprendente lo que podemos llegar a obtener cuando pedimos ayuda al prójimo usando el ingenio. Aunque la causa simplemente se lo merezca, el pedir a secas cada vez obtiene peores resultados. Es triste decirlo, pero siempre esperamos algo a cambio, ¡y que nos guste!

Solo hace falta ser un habitual en el metro de alguna gran ciudad o un asiduo al tren de cercanías para constatar esta realidad. Muchos piden, y de diversas maneras. Algunos tendrán más necesidad que los otros, pero sin duda, todos la tienen. Es curioso como pocas veces extendemos unos míseros céntimos al que se pasea tambaleándose haciendo reverencias de súplica con la mano extendida (¿por qué le iba a dar algo? nos podemos preguntar).

En el otro extremo, nos encontramos a veces con algún cantante con acento argentino, muy salao, simpático, que toca una guitarra desafinada y que sin duda no entraría en el difunto programa OT pero que en carisma, ganaría a cualquier triunfito. Esta unos minutos tocando y piensas "Se lo ha currado". Te rascas el bolsillo y le pones 50 céntimos en la gorra.

Seguramente, el primero lo necesitaba mucho más que el segundo.

Ampliemos miras: Japón. Un país que acaba de salir de un gran desastre natural, seguido de un caos nuclear. Necesita ayuda.

No es el primer país que necesita ayuda tras una catástrofe, ni tampoco será el último. Ciertamente ha sufrido muchísimo, la situación no está controlada y aun no se conoce el alcance de los daños nucleares. La comunidad internacional se vuelca rápidamente para ayudar a los nipones de inmediato, despiertan acciones de todo tipo en todo el mundo.

Desde nuestro sector, varios artistas y diseñadores de renombre se lanzan a crear obras benéficas que generan miles de dólares en donaciones en cuestión de días (algunos, de manera hipócrita, sacan tajada, pero eso es otro tema). Se estampan camisetas, las redes sociales y las plataformas online se inundan de puntos rojos sobre fondos blancos, se venden avatares virtuales solidarios, etc. Todo resulta un éxito.

Una vez más vemos como la solidaridad también entiende de creatividad. Nuestro lado sensible es cada vez menos impresionable, hacen falta mecanismos más avanzados para atravesarlo.

En el pasado otros países han necesitado ayuda (actualmente Haití aun la requiere, sin ir más lejos), pero los sistemas de captación fallaron. Realmente es triste pero las cosas son así, quien no llora no mama, pero ahora con llorar no es suficiente, el lloro tiene que sonar a música celestial, sino te quedas llorando, y llorando y llorando...


Albert MX

0 Response to "Quien no llora creativamente, no mama"

Publicar un comentario