Social media: privacidad pública

Tras una larga ausencia, ¡vuelve Digitalworld!

Sin duda uno de los temas más detacados del panorama digital actual es la “batalla” que se está librando entre Sony y Microsoft para despuntar con sus futuros sistemas de entretenimiento, PlayStation4 y Xbox One respectivamente. La pugna se vivió con mucha intensidad hace unos días en la feria anual E3 de Los Ángeles, y aunque es un tema que sin duda trataré en este blog, hoy os quiero hablar de otro asunto que ha levantado bastante revuelo en internet: la privacidad en las redes sociales.

Actualmente hablar de red o redes sociales es casi como hablar de Facebook (con perdón de Twitter), donde nuestra privacidad se ha puesto en entredicho en varias ocasiones. Seguro que muchos de vosotros habréis visto recientemente uno o varios de vuestros contactos colgando un mensaje en su muro instándote a cambiar (de nuevo) la configuración de privacidad.

Independientemente del motivo concreto, esta iniciativa no hace más que incrementar la incertidumbre acerca de este tipo de “redes”, cosa que nos lleva a la pregunta obligada: ¿está nuestra información segura en internet? No es un tema nuevo y buscando un poco podemos encontrar teóricos y expertos que advierten de los peligros que puede suponer: gente que es acosada con facilidad, personas robadas por detallar demasiado sus planes vacacionales, gente despedida del trabajo o simplemente no contratada porque su perfil desprende de todo menos profesionalidad…

Muchos pondrán el grito en el cielo, y con razón. Pero aunque hay riesgos y situaciones que uno no ha buscado pero que pueden suceder (el tema del acoso, en auge y muy serio), pocos se paran a pensar detenidamente que son ellos mismos quienes ofrecen toda esa información. Póngamonos en situación: te encuentras a una chica por la calle que no habías visto desde el instituto y no sólo te llama amigo sino que se saca una foto en bikini de la cartera y te la regala, luego te da toda su información: dónde vive, con quién, su email, preferencias, gustos literarios, color preferido… estás alucinando hasta que antes de irse te deja fuera de combate con un: “ahora soltera, este finde a Ibiza a pillar lo que sea”. Brutal.

¿Suena ridículo, verdad? Pues aunque se trate de un ejemplo un tanto extremo, más o menos este es nuestro comportamiento en la RED. No hay pudor, “casi” no hay filtros. Es como si esa barra azul superior nos hipnotizara y nos dijera “sin miedo, pon aquí todo lo que no soltarías en el mundo real”.

Es por ello que el verdadero peligro no reside en lo que puedan hacer con nuestra información, datos o fotos, sino en lo que nosotros mismos estamos mostrando al mundo entero. “Pero yo lo he configurado para que me vean sólo mis amigos”… ¿y cuántos de esos 600 son tus amigos? Bueno, eso ya es otro tema…




Albert MX