¡Hola de nuevo! ¿Me sigues?

Nunca olvidaré el primer blog de Raül Cruz, un grande y un maestro de mi profesión. Bueno, más bien cómo lo llamó: “Obligosfera” (no lo busquéis porque ya no existe). Realmente era un nombre brillante puesto en el contexto en el que lo creó. El “boom” de los blogs y la blogosfera, cuando, si tu empresa (o tú mismo) no tenía un blog, no eras nadie en el sector. Y así, con cierta ironía, Raül empezó el suyo obligadamente libre.

¿Quizá por eso me lanzo a realizar una entrada tras más de diez meses? Posiblemente. ¡Tengo que actualizar el blog! Aunque esta vez es más bien hacerlo volver de entre los muertos… Si DigitalWorld tuviera voz seguramente citaría a la genial GLaDOS: “I´ve been really busy being..dead, you know” (perdonad la referencia friki, pero lo tenía que poner).

De hecho me pongo a reflexionar mientras escribo estas líneas y me pregunto qué ha cambiado desde el 22/2/10, mi primera entrada. ¿Por qué nos molestamos en escribir nuestros pensamientos, ideas u opiniones en la red? Personalmente, aparte del estilo y mi envejecimiento, obviamente, quiero pensar que nada ha cambiado. Escribo porque me gusta, aunque no me lea ni mi madre. Es un placer extraño, pero satisfactorio. ¿Y los demás? Sigo cavilando…

Raül no iba para nada mal encaminado. En 2010 se requería una o dos entradas al blog por semana, pero la obligosfera está hoy más presente que nunca en formatos de 140 caracteres o frenéticas carreras en busca de “me gustas”. Bajo el disfraz de Social Media el spam sigue siendo el mismo perro pero con distinto collar. 

¡Ojo! Me considero un fiel defensor del buen uso de las cosas, ya que todo avance en cualquier ámbito, usado correctamente, es positivo. Pero somos humanos… “no ase falta desi nada más”. Todo el potencial de las redes sociales queda reducido a cenizas con su sobreuso, publicidad por doquier, perfiles falsos, acoso, los caza-likes, los food-photo adictos, los selfies (de los cojo***), los que usan las redes a modo de diario personal, los que chatean más que hablan, lo que pasan más tiempo mirando su móvil que a los ojos de los demás, etc. Una gran bola antisocializadora. Es triste.




2014, si quieres llegar a tus consumidores tienes que estar en facebook, twitter, instagram, pinterest, G+ (nah, este es broma :P)… ¿Tienes, debes, o puedes?  Del mismo modo que existen los shorts, y cualquier persona es libre de usarlos, seguramente recuerdas  algún momento este verano en el que con todo tu amor hubieras puesto una mano en el hombro de alguien y, con tono amable, le hubieras dicho que considerara dejar de usar la prenda. ¿Ah que sí? Pues ése es un sentimiento muy encontrado en las redes sociales últimamente.

Bueno, creo que he llegado al fondo de mis pensamientos por hoy. Es gratificante escribir sin límite de caracteres y sin prentender capturar likes de nadie. Es una sensación que recomiendo, porque de vez en cuando (a poder ser menos de 10 meses), apetece. Sin más.


Albert MX


El fenómeno Bitcoin


El Bitcoin no es algo nuevo, estoy seguro de que muchos habréis oído a hablar de él si soys algo geek o estáis al día de las curiosidades de la gran red de redes.

A grandes rasgos el Bitcoin es una divisa virtual que se creó con el propósito de desligarse de los controles estatales y de los monopolios de los bancos. Una moneda libre y digital que se ha convertido en todo un símbolo de la e-cultura undergound. El hecho es que lo que muchos vieron en su momento como una “frikada” más se ha convertido en un auténtico boom que ha despertado el interés de grandes empresarios, brokers y, en resumen, de gente que toca pasta… mucha pasta.


Al principio 1 bitcoin no era más útil que comprar una estrella del firmamento. Era muy cool, pero no servía para nada. Sus creadores difundían que aquella nueva divisa cambiaría nuestra manera de hacer transacciones, pudiendo llegar a sustituir el dinero “real”, todo libre de impuestos, etc . Un discurso idílico del que muchos se mofaron. Bien, actualmente comprar con bitcoins no es algo común, pero se empiezan a vislumbrar cosas, como gente vendiendo casas a cambio de bitcoins, ahí es nada.

Pero, ¿de dónde sale un bitcoin? Gran pregunta con una complicada respuesta, pero intentaremos simplificarlo. Éste sale de la propia red, vendría a ser como pescar en el océano. Un ordenador desencripta billones de códigos y algoritomos (he dicho que era complejo de explicar) hasta poder dar con un bitcoin en lo que se llama “mining” (sí, como Minecraft). ¿Sólo necesitas un ordenador e internet? Mmm sí, y no. Necesitas básicamente esas dos cosas, pero el ordenador tiene que ser un SUPER ordenador, y con ello no me refiero al último modelo de ASUS del Corte Inglés… sino a custom PC´s que alcanzan costes de producción de hasta 30,000€, pensados solamente para hacer “mining” constantemente. Obviamente hay que ser un buen hacker para montarlos, programarlos y para que no se te fundan los plomos. Estos  super PC´s se suelen conectar entre si en redes privadas para sumar potencia y así encontrar más bitcoins, como si fueran comunidades mineras. Y con todo este tinglado, van saliendo bitcoins poco a poco, cual pepitas de oro del fondo de una mina africana.

Vemos, pues, que conseguir bitcons por cuenta propia no está al alcance de todo el mundo… el mercado está servido. ¿Quieres comprar? Agárrate bien a la silla...

Mi interés saltó por las nubes cual hype desmesurado con una noticia reciente: Un joven noruego se da cuenta, por casualidad, de que unos cuantos bitcoins adquiridos para un trabajo universitario por allá el 2009 y por los que pagó 18 euros, han alcanzado a día de hoy un valor de más de 600,000 euros. Esto, anécdota aparte, nos deja una idea del brutal auge exponencial del bitcoin en la “bolsa digital”.

Como era de esperar, cientos y miles de personas se han subido al carro de la fiebre del oro. La especulación está servida. Lo que antes costaba medio céntimo se cotiza a 950 euros. Algunos analistas incluson vaticinan que el bitcoin puede llegar a costar $40,000 la unidad.

Y con todo esto ahora mismo te estarás haciendo 2 preguntas: 

- ¿Y si compras ahora y luego cae tan rápido como subió y el maldito bitcoin se pierde en el olvido?
- ¿Y por qué no me gasté unos eurillos en esto hace unos años?

Esto es internet amigos, donde las fortunas van y vienen de la manera menos esperada, y absurda.


Albert MX