En busca de la realidad perdida
Si echamos la
vista atrás uno o dos años, recordaremos como un tsunami llamado “3D” emergió
con fuerza en el mundo del entretenimiento, arrasando en salas de cine, siendo
la piedra angular de proyectos millonarios, redefiniendo el concepto de
televisión en el hogar, de consolas portátiles e incluso se atrevió con los
móviles (aunque con menor impacto).
Pero tras la
tormenta siempre llega la calma y el revuelo inicial derivó en estancamiento.
Ser popular con la etiqueta de novedad suele suponer una devacle prematura… Así
que ya sea por falta de interés de los consumidores o a causa de un clima
económico poco propicio para invertir en terrenos pantanosos, el 3D no ha
calado tanto como auguraban algunos expertos.
Por suerte las
ganas de innovar siempre están ahí, y algunos siguen atraviéndose con proyectos
punteros con la intención de dar otro giro a esa tuerca llamada tecnología que
parece no tener fin. En cuestión de pantallas la evolución ha sido exponencial
en los últimos años, pasando de teles de tubo a monitores con los que podrías
cortar un filete… con resoluciones de infarto, conexiones para todos los cables
habidos y por haber, wi-fi, el mencionado 3D y un largo etc. Pero aún falta
algo, algo que todos hemos imaginado alguna vez, que nos permita “vivirlo” de
verdad (hasta cierto punto), algo que nuestros padres sólo podían asociar a
ciencia ficción: La realidad virtual.
La realidad
virtual no es un tema nuevo, y no porque sea muy recurrente en novelas o
películas futuristas, sino porque ya se han intentado crear dispositivos de
este tipo, con más o menos éxito, bueno, sin éxito. Sin ir más lejos, si soys
fans veteranos de Nintendo probablemente recordaréis su ambiciosa propuesta
Virtual Boy (magnífica review cómica aquí):
Pese a ser un
aparato de dudoso diseño y aplicaciones limitadas (y a que tuvieras pesadillas
de color rojo), fue sin duda una gran innovación para su época (1995) pese a no
durar mucho en el mercado.
Desde entonces
nadie se ha atrevido con ninguna propuesta firme hasta que los chicos de OculusVR presentaron el ambicioso proyecto Oculus Rift en 2012, con el que piensan
revolucionar no sólo el tema “pantallas” sino la manera en la que el usuario
interacciona con los juegos. ¿Nos encontramos ante verdadera realidad virtual?
A finales de año se empezará a comercializar, por lo que habrá que estar
atentos para ver si realmente es tan bueno como sus creadores dicen.
Sin entrar a
detallar las características técnicas de este producto, es sin duda un hardware
enfocado a los videojuegos. Pero… ¿por qué no vamos un paso más allá? ¿Podremos
usar este o dispositivos similares en un futuro (muy) cercano para ver
películas, hacer videollamadas, asistir a conferencias o reuniones de trabajo,
hacer viajes virtuales…?
Albert MX