Este post va dedicado a quienes, no hace mucho, sentenciaron los códigos QR en el depósito de los inventos revolucionarios prematuramente olvidados.
Si bien es cierto que la idea en si es brillante, los códigos QR (o códigos bidi) no se han sabido aprovechar como es debido a causa de la falta de recursos por parte del usuario para desencriptarlos. Aunque, ciertamente, la principal causa de su fracaso es sin duda el desconocimiento de su existencia más allá de los cuatro frikis que nos dedicamos a la publicidad y algún que otro geek.
El problema principal del bidi era el "misterio", ya que uno sólo ve un montón de cuadritos negros y se ha de imaginar que tras eso hay "algo". A nivel de diseño queda menos atractivo que una chica escotada o un precioso coche, eso está claro, y aunque ofrece más posibilidades que una simple foto, ya sabemos lo que tira más que dos carretas...
Pues bien, tras muchos intentos frustrados, Calvin Klein ha dado con una fórmula acertada. La firma de ropa y complementos juega con el carácter "enigmático" del bidi para encubrir a propósito su nueva campaña con un sutil "Get it uncensored".
En este caso el bidi permite censurar al mismo tiempo que mostrar el spot de la campaña si se usa. ¡Sencillamente genial! Un ejemplo de cómo usar una tecnología de forma eficiente y notoria, sin caer en los "añadidos" en una esquina de la gráfica o al uso justificado con un: "mola".
PD: por cierto para los que no puedan leer bidi (y sean curiosos) aquí está el SPOT